miércoles, 25 de febrero de 2015

Adverbios y Pronombres (Relativos, Interrogativos e Indefinidos)

Adverbios: 

En latín, al igual que en español, los adverbios modifican a los verbos, adjetivos y otros adverbios. En latín, los adverbios proporcionan información sobre la forma, causa, tiempo, grado y lugar. El adverbio es la parte indeclinable de la oración que sirve para modificar el verbo, el adjetivo u otro adverbio. Muchos adverbios latinos se derivan de adjetivos, nombres, pronombres y verbos. En esta ocasión veremos los adverbios que no derivan de adjetivos.

Pronombres 

Relativos         
En latín existe sólo una forma de pronombre de relativo: qui, quae, quod, que equivale a nuestras formas castellanas «que», «el/la cual», etc.
El  pronombre relativo tiene como función exclusiva la fórica, pues remite siempre al antecedente, con el que concierta en género y número.
El uso fundamental del pronombre relativo es el de nexo introductor de oraciones subordinadas adjetivas o de relativo:
Sallutius bellum scripsit quod Populus Romanus cum Iugurtha fecit, 'Salustio escribió la guerra que el pueblo romano hizo contra Jugurta'

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Pronombres indefinidos: En latín los pronombres indefinidos se usan para mencionar cosas o personas sin identificarlas o concretarlas. Pueden funcionar como determinantes, como pronombres o como adjetivos. 
Quis y sus compuestos
Quis/ qui, quae/ qua, quid/ quod: Este indefinido significa “alguien, alguna, algo”.
Se declina como el pronombre interrogativo quis. La única diferencia es que el indefinido tiene dos formas de nominativo singular femenino, y el interrogativo sólo una. Las segundas formas se utilizan con valor de adjetivo y las primeras como pronombre.
Se utiliza para referirse generalmente a personas o cosas hipotéticas, detrás de las conjunciones si, sive, nisi, ne, num. En los demás contextos se utilizan sus compuestos. Ej.: Si quis volaret (Si alguien volara) – Si qui homo volaret (Si algún hombre volara)
Aliquis/ aliqui, aliqua, aliquid/ aliquod: Este indefinido se declina igual que el pronombre interrogativo quis, con el añadido ali-.
Significa, como el anterior, “alguien, alguna, algo”, pero se usa referido a algo cuya existencia es real. Aparece generalmente en oraciones principales y afirmativas. Ej: Aliqui dei in Olympo habitant. (Algunos dioses viven en el Olimpo). - Aliquis Iovem cum Iunone vidit. (Alguien vio a Júpiter con Juno).
Quisquam, quaequam, quidquam/ quodquam:
Compuesto de quis y la posposición –quam. Sólo se declina la primera parte. Tiene el mismo significado que los dos anteriores, pero suele aparecer en oraciones negativas. Sólo se utiliza como pronombre, como adjetivo se utiliza ullus. Ej: Flora numquam nocet cuiquam (Flora jamás daña a nadie).
Quidam, quaedam, quidam/quoddam:
Compuesto de quis y la posposición –dam. Sólo se declina la primera parte. Se traduce por “cierto/cierta”, expresa una persona o cosa indeterminada que no se quiere o no se puede precisar. Ej: Quidam deus sagittas amoris iacit. (Cierto dios lanza flechas de amor).
Pronombre interrogativo: Los pronombres interrogativos son los que utilizan para preguntar sobre algún elemento de la oración. Al igual que los demás pronombres, excepto los personales, pueden usarse como adjetivos según sea el caso. Los más frecuentes son: Quis/Qui – Quae – Quid/Quod. Estos pronombre,además, suele llevar el sufijo –nam. Ejemplos:
Quisnam fúit? ¿Quién fue?
Quidnam vis? ¿Qué quieres?
Cuiúsnam domus? ¿La casa de quién?
El pronombre qui,quae,quod (quid), además de poseer su significación propia, puede servir de base para comunicar otras cargas semánticas. Por ejemplo, repetido (quisquís, quidquid), adquiere el significado de quien-quiera. Ejemplos:
Quisquís fúerit, níhil ínterest. Quienquiera haya sido, nada importa.
Quidquid féceris, níhil mea pródest. Cualquier cosa hayas hecho, nada me aprovecha.
Con el prefijo ali-, da origen al pronombre indefinido áliquis,áliqua, áliquod (áliquid)  alguien, algo.
Este ultimo pronombre, cuando le precede el adverbio si, o num (acaso), pierde el prefijo ali-. Ejemplos:
Si quis me vócat, nuntia mihi. Si alguien me llama, avísame.
Num quis me vocávit? ¿Me llamó alguien acaso?
Num quid amisisti? ¿Perdiste algo, acaso?
En latín también existe el adjetivo interrogativo quótus, a, um, ¿Cuánto? (ej.: Quota hora est?, ¿Qué hora es?).

En este y en los pronombres que siguen, las formas con quod son adjetivos, las formas con quid son sustantivos. Ejs.: Áliquod obiectum, algún objeto; Aliquid dólet, algo duele.

Pronombres (Personales, Posesivos, Demostrativos)

Los pronombres
En palabras de Benveniste (1966b: 175), los pronombres son signos ‘vacíos’ que sólo en el discurso se vuelven ‘llenos’. Ello no quiere decir que carezcan de significado, sino que éste es incompleto si no se considera el contexto o la situación en que se profieren, es decir, las coordenadas del acto de habla en el que se insertan: el emisor y destinatario del mensaje, el momento y lugar en que éstos se encuentran, etc. Pueden desempeñar funciones deícticas, fóricas, enfáticas, entre otras. Cada función puede ser desempeñada por uno o más pronombres e, incluso, un mismo pronombre puede desempeñar varias de ellas.  Existen varias clases de pronombres:
Pronombres personales: El latín solo posee pronombres personales de la primera y segunda persona ego y tú además del pronombre reflexivo se. Sin embargo, dado que el pronombre se sería el correspondiente personal a la tercera persona en latín esta función la cumplen los pronombres anafóricos is, ea, id o el deíctico ille, illa, illud.  Los pronombres personales no actúan como determinante de un nombre ni como reemplazo de uno. No suelen aparecer en nominativo ya que el verbo por sí solo marca la persona a la que hace referencia, luego, su uso sería redundante o enfático. El pronombre reflexivo se no tiene nominativo pues  hace referencia al sujeto de la oración.
Además, si un pronombre personal en ablativo va acompañado de la preposición cum, éste ha de posponerse siempre al ablativo (mecum, tecum, secum, nobiscum, vobiscum  =  conmigo, contigo, consigo, con nosotros, con vosotros). También se debe tener en cuenta que las formas nostri y vestri tienen significado colectivo, son objetivos (meum studium vestri  =   mi afecto para con vosotros); en cambio las formas nostrum y vestrum poseen valor partitivo (nonulli vestrum  =  alguno de vosotros). Finalmente, las partículas -met, -te y -pte aportan valor enfático: egomet “yo mismo”.
Ej.:
 Ego laboro et tu quiescis (Yo trabajo y  tu descansas)
In te spes nostra est (En ti está nuestra esperanza)
Nullus nostrum (Ninguno de nosstros)
Multi vestrum nobis nocuerunt (Muchos de vosotros nos dañaron a nosotros)
Pronombres Posesivos: Derivan de los pronombres personales e indican posesión. Pueden presentarse como pronombres cuando sustituyen a un nombre o como determinantes cuando van acompañando a un sustantivo y concuerdan con éste, en este caso su función es similar a la del genitivo. Se declinan como los adjetivos de primera clase (bonus, -a, -um y pulchre, -a, -um). Se debe tener en cuenta que cuando el poseedor se deduce claramente del contexto se puede (y suele) prescindirse del posesivo.  
Cuando indican un solo poseedor, ya sea para la primera, segunda o tercera persona, se usan los pronombres meus – tuus - suus, -a, -um. Por un lado, en el caso de suus, -a, -um su plural denota varios poseedores. Por otro lado, los plurales de meus y tuus solo marcan un poseedor; para denotar varios poseedores en estas dos personas se utilizan las formas de noster, -tra, -trum y vester, -tra, -trum. Cabe recordar que, al igual que el pronombre se, el pronombre suus posee un valor reflexivo y cuando se requiere utilizar un posesivo no reflexivo se recurre al genitivo del pronombre is, ea, id. Ej.:
Regem suspectum habebant pro eius crudelitate.
Tenían respetado al rey por su crueldad.
Como el sujeto sería “ellos” y el posesivo no se refiere a “ellos”, sino al rey (objeto directo), es necesario usar un posesivo no reflexivo. La crueldad no es de “ellos” (sujeto), sino del rey (objeto directo). Si hubiera utilizado el posesivo reflexivo pro sua crudelitate, se entendería que la crueldad es la del sujeto, es decir, la de “ellos”, y no la del rey.
Pronombres Demostrativos: Los pronombres o adjetivos demostrativos en latín denotan cercanía o alejamiento con respecto a la persona que habla. Su uso es el de señalar algo. Pueden como determinantes  cuando acompañan a un sustantivo.
§  Hic, haec, hoc: Se utilizan para señalar algo que se encuentre cerda de la persona que habla. Ej.: Hea meae sunt, tua istae sunt (Estas son mías, tuyas son esas) – Hi calimi útiles sunt (Estas plumas son útiles)
§  Iste, ista, istud: Pronombre de la segunda persona, se usa para señalar algo que está cerca de la persona que escucha (el interlocutor). Ej.: Da mihi istas tabellae (Dame esas tablillas)
§  Ille, illa, illud: Con frecuencia se usa como pronombre de la tercera persona y su función es señalar algo que se encuentra lejos de la persona que habla y/o la persona que escucha. También puede usarse con valor honorífico, indicando excelencia y se traduce como “famoso”. Ej.: ille discipuli non ad tempus advenient (Aquellos alumnos no llegarán a tiempo) – Illi veloces veniunt (Aquellos vienen rápido) – Ille rex Philippus (El famoso rey Felipe)
Pronombres Fóricos: Remiten a una persona o cosa ya mencionada en el contexto (anafórico) o que se va a mencionar (catafórico). Pueden funcionar como sustantivos o como adjetivos.
§  Is, ea, id: Se usa, con mayor frecuencia, para referirse a algo ya mencionado. Puede ir como adjetivo cuando lleva un sustantivo que lo acompaña; como sustantivo, cuando se encuentra sin ningún sustantivo que lo acompañe. Ésto porque una función importante de este pronombre es la de servir como antecedente del relativo o acompañar como adjetivo al antecedente.  Generalmente sustituye al objeto o persona a la cual que hace referencia. Ej.: Lapidem et florem carpsi. Ea flos rubra erat (He recogido una prieda y una flor. La flor era roja) – Id volo, margaritam (Esto quiero, una margarita)
§  Idem, eadem, ídem: Es un pronombre enfático de identidad. Por un lado como adjetivo significa “mismo” y como pronombre significa “yo mismo, tú mismo, el mismo”. Por otro lado, a menudo sirve para añadir o contraponer una segunda cualidad o acción al mismo término. En el primer caso equivale a “también”, “al mismo tiempo”, “además”; en el segundo, a “pero”, “contrario”, “sin embargo”.  También indica que una entidad ha sido mencionada y nos estamos refiriendo a esa y no a otra.
·         Qui fortis est, ídem est fidens (el que es fuerte, es también confiado)
·         Multi, que vulnera fotiter acceperunt, iidem dolorem morbi ferre non possunt (Muchos que soportan heridas animosamente son, en cambio, incapaces de tolerar las molestias de una enfermedad)
·         Omnes aedam porta intraverant (Todos habían entrado por la misma puerta)
·         Dux arma tradidit ídem cateri facerunt (El general entregó las armas, lo mismo hicieron los demás)

§  Ipse, ipsa, ipsum: Su función es enfática, es decir, pone en relieve al nombre o pronombre al que se refiere. Ej.: Ipse vidi (Yo mismo lo vi) – Ipse dux in eo proelio cecidit (El Jefe en persona cayo en aquel combate).

Tablas de Pronombres  

martes, 17 de febrero de 2015

Conjugación Verbal (Presente, imperfecto, futuro)

Del verbo:
“Clase de palabra con la que se expresan acciones, procesos, estados o existencia que afectan a las personas o las cosas; tiene variación de tiempo, aspecto, modo, voz, número y persona. Funciona como núcleo del predicado” (DRAE. (s.f), para. 1)
Voces: Existen en latín dos voces: la voz activa, la voz pasiva.
-          Voz Activa: es cuando el sujeto de la frase practica la acción indicada por el verbo. Este sujeto recibe el nombre de "agente de la acción" y cuando la frase es pasada a la voz pasiva, generalmente, es precedido por una preposición.
-          Voz Pasiva: es cuando el sujeto sufre o recibe la acción indicada por el verbo. Este sujeto recibe el nombre de "sujeto paciente".
Modos: Los modos verbales expresan la actitud del hablante ante lo enunciado por el verbo. Hay tres modos personales: el indicativo, el subjuntivo y el imperativo; y cuatro modos impersonales: el infinitivo, el participio, el gerundio y el supino.
-          Indicativo: Expresan hechos reales
-          Subjuntivo: Expresan deseo, probabilidad, duda u opinión.
-          Imperativo: Expresan ordenes, pedidos o instrucciones.
(Los cuatro modos impersonales se trabajarán más adelante cuando se imparta la clase que corresponda a cada uno)  
Tiempos: Indica el momento en el que se realiza la acción. El verbo latino tiene seis tiempos: el presente, el imperfecto, el pretérito perfecto, el pluscuamperfecto, el futuro y el futuro perfecto. Estos tiempos existen solamente, en el indicativo, de una manera completa. El subjuntivo carece de forma especial para el futuro. El imperativo no posee más que un solo tiempo.
-          Pasado: La acción ya ha culminado.
-          Presente: La acción se realiza.
-          Futuro: La acción se hará  
Formación de los tiempos
Para conjugar un verbo, es indispensable conocer su presente, su pretérito, su supino y su infinitivo. Suprimiendo las desinencias de estos tiempos, que se llaman primitivos, se obtienen las radicales que ayudan a formar los demás tiempos llamados derivados.


Presente de indicativo.
Del presente de indicativo se forman:
1.      El imperfecto de indicativo, cambiando o en abam en la primera, eo en ebam en la segunda, o en ebam en las dos últimas
2.      El futuro imperfecto, cambiando o en abo en la primera, eo en ebo en la segunda, o en am en las dos últimas.
3.      El presente de subjuntivo, cambiando o en em en la primera, o en am en las otra tres.


División de los verbos en latín
En latín la mayoría de los  verbos se agrupan en cuatro grupos, otros tantos lo hacen en un conjunto mixto entre el tercero y el cuarto. Esta agrupación se da según la forma específica de conjugación. Así pues, podemos encontrar cinco clases de conjugaciones en latín.
Cada una de estas conjugaciones se diferencia por su vocal temática y, por ello, por la forma en la que se conjugan. Una pista que permite reconocer a qué conjugación pertenece cada verbo es observar su infinitivo. 
Los verbos de la primera conjugación comparten la vocal temática –a-, es decir, su terminación en infinitivo será: -are à Amare
Los verbos de la segunda conjugación comparten la vocal temática en – e -, es decir, su terminación en infinitivo será: - ere à Monere
Los verbos de la tercera conjugación comparten la vocal temática en – ĕ – (aunque en este caso es breve), lo cual los lleva a tener un infinitivo en – ĕre à Legĕre
Los verbos de la cuarta conjugación comparten la vocal temática en – i –, es decir, su terminación en infinitivo será: - ire à Audire


Los verbos de la conjugación mixta, también conocida por algunos autores como “Tercera Mixta”, comparten la vocal temática de la tercera conjugación (- ĕ -) y algunas formas de la misma, pero también tiene en su conjugación formas de la cuarta conjugación (valga la redundancia). Su terminación en infinitivo será: - ĕre  Capĕre. Sin embargo, la mejor forma de reconocerla es aprender los verbos que la conforman.

Conjunciones

 Conjunciones
            Son elementos de relación invariables que fungen como enlace entre palabras, preposiciones, sintagmas, frases y/u oraciones. También establecen jerarquías   sintácticas entre ellas marcando  la clase de relación tienen.
            Las conjunciones se dividen en dos grandes grupos:
-          Coordinantes: Son conjunciones que enlazan palabras o grupos de palabras que poseen el mismo valor sintáctico, o que tienen la misma función o que pertenecen a la misma categoría gramatical.
-          Subordinantes: Son aquellas que unen una oración principal con una oración subordinada (que depende de la principal para tener un significado pleno).
Estos d            os grupos de conjunciones se dividen a su vez en varios subgrupos que son:
·         Conjunciones coordinantes copulativas: Suman los significados. EJ.
-          Amici tui miseris et aegris cibum et pecuniam seape dant.
-          Tus amigos, con frecuencia, dan comida y dinero a los miserables y enfermos.
·         Conjunciones coordinantes disyuntivas: Presentan opciones que se excluyen. Ej.
-          Hic vincendum aut moriendum est
-          Aquí hay que vencer o morir (Aquí se debe ser vencido o asesinado)
·         Conjunciones coordinantes adversativas: Unen elementos de los cuales el segundo corrige o contradice algo del primero. Ej.:
-          Neque interea quietus erat, sed ómnibus modis insidias parabat Ciceroni
-          Y entre tanto no estaba inactivo, sino que preparaba asechanzas por todos los medios contra Cicerón
·         Conjunciones coordinantes causales (explicativas): Son usadas en los casos donde la segunda proposición aclara algo de la primera. Ej.:
-          Exercitus ei traditus a P. Rutilio legato, nam Metellus conspectum mari fugerat
-          El ejército le es entregado por el legado P. Rutilio, ya que Metelo había huido ante la mirada de Mario
·         Conjunciones coordinantes conclusivas: La segunda proposición es una conclusión o consecuencia de la primera. Ej.:
-          Ego maior sum itaque ego iubeo.
-          Yo soy mayor así que mando yo.
·         Conjunciones coordinantes distributivas: Presentan opciones alternativas que no se excluyen. Ej:
-          Pax ipsa tum iucunda tum salutaris est 
La paz misma es, ya agradable, ya saludable.

(Las conjunciones subordinantes se abordarán en otro momento) 

Las Preposiciones

Las preposiciones  (praepositio es la traducción del término griego próthesi)
            Las preposiciones son palabras invariables (no presentan género, número o caso) que expresan, según sea el caso, una relación semántica de tiempo, espacio o noción. Sintácticamente fungen como nexo entre palabras o sintagmas dentro de una oración.

            Ahora bien, en latín las preposiciones exigen que la palabra y/o palabras con las que forma un  sintagma lleven un caso determinado para expresar la idea adecuada. En ese sentido, existen preposiciones que restringen su uso a solo acusativo, solo ablativo o  a ablativo y acusativo, según sea la finalidad. 

Declinaciones Latinas

En latín los nombres se dividen en 5 grupos, cada uno de los cuales flexiona o declina las palabras de acuerdo a una forma específica.  “El Genitivo de cada una de ellas es el caso que la caracteriza y el vocablo en el diccionario siempre será dado en Nominativo y en Genitivo.” (Arriaga. 2006, pág. 17).


Primera declinación                               Palabras de Genitivo en -ae
Segunda declinación                              Palabras de Genitivo en -i
Tercera declinación                               Palabras de Genitivo en -is
Cuarta declinación                                Palabras de Genitivo en -us
Quinta declinación                                Palabras de Genitivo en -ei


La primera declinación
Está  conformada por sustantivos femeninos, además de un grupo no muy extenso de sustantivos  masculinos que denominan oficios o nombres propios.
La segunda declinación 
Está conformada por sustantivos masculinos y neutros. También se encuentran palabras masculinas como ager, puer o vir, que se declinan con una variación en el caso nominativo y vocativo singular, donde pierden las desinencias y se mantiene solo la raíz. 
            La tercera declinación 
            Es una declinación atemática, sin vocal temática, es decir, solo poseen la raíz y la desinencia personal. Está compuesta por palabras masculinas, femeninas y neutras. Se divide en dos grandes grupos, imparisílabos y parisilábicos.
-          Imparisílabos:
“Las palabras imparisílabas de la tercera declinación se flexionan alargando el tema a partir del Acusativo. Reciben, también el nombre de palabras de tema en consonante, pues al suprimir la desinencia de Genitivo -is terminarán siempre en consonante. El Genitivo plural de este grupo siempre será -um, con excepción de los monosílabos masculinos y femeninos que terminan en s precedida por consonante y los neutros terminados en al y ar. Ejemplo: ars artis: artium, urbs urbis: urbium, animal: animalis: animalium.” (Ardilla. 2006, pág. 21)
-          Parisilábicos: Tienen igual número de silabas en genitivo y nominativo. “Se caracterizan por un Genitivo plural en -ium y una flexión de los tres casos iguales del neutro plural en -ia. Se conocen también como palabras de tema en vocal.” (Ardilla. 2006, pág. 22).


Podemos tener en cuenta que existen algunas “reglas o trucos” para conocer la tercera declinación y estos son las consonantes con las que terminan: Si son oclusivas (p,t,k; b,d,g) la consonante se transforma al entrar en contacto con la –s del nominativo. (Regis à rex)
B,P + S à Ps 
D,T + S à /S (Se pierde la oclusiva) 
C,G + S à X
 Si son consonantes nasales se pierde la – s del nominativo (Excepto la palabra hiems, hiemis)
N, M + S  à  N, M
También se pueden dar las siguientes situaciones: 
- La -n se mantiene cuando está precedida de -e à Flumen, fluminis
- La -n cae junto con la desinencia personal cuando va precedida de la vocal -o y además sufren una variación fonética. (Homo - para el nominativo- à Hominis - para el genitivo singular- )

Cuarta Declinación
            La cuarta declinación se compone de sustantivos masculinos o femeninos en us, y de algunos sustantivos neutros en u. Está caracterizada porque su Genitivo es en –us. “Se le conoce como la declinación de los temas en –U, pues ésta  es la vocal que se le añade a la  raíz o lexema para formar el tema. (…) En esta declinación no hay adjetivos.” (Almacén de Clásicas. (s.f), para. 1) 
Quinta declinación
            “(…) Se compone de un reducido número de sustantivos en es, que son todos femeninos, excepto dies que es masculino y femenino en singular, y solamente masculino en plural. Su compuesto meridies, es masculino y nunca se usa en plural.” (Abeille. (s.f), pág. 32). “También es llamada declinación de los temas en -E, pues ésta es la vocal que enlaza el lexema o raíz con las desinencias.” (Almacén de Clásicas. (s.f), para. 1). Además, se caracteriza por poseer el genitivo en –ei.
            Un punto para resaltar es que muchos de los sustantivos de esta declinación son defectivos, solo res- rei y deis-diei presentan la declinación completa.  

Repasando un poco

El latín inicialmente fue una lengua hablada en Lacio, una pequeña provincia de Italia. Fue la lengua oficial del Imperio Romano, siendo con ello ampliamente extendido gracias a la magnitud de éste. De él se desprenden las conocidas lenguas romances, dado que, al caer el Imperio, fue perdiendo fuerza y  mezclándose con las lenguas propias de cada región conquistada.
            Durante aquella época se llegaron a instaurar dos clases de latín: el vulgar y el que hoy conocemos como clásico. El primero utilizado por el pueblo, el lenguaje popular, pero del que hoy en día no se conocen más que pequeños fragmentos. El segundo utilizado por los escritores y aristócratas, el lenguaje culto del cual tenemos hoy en día una amplia documentación.
            Ahora bien, el latín posee como característica primordial ser  una lengua flexional, es decir, una lengua que indica “(…) sus relaciones morfosintácticas o semánticas a través de sufijos que se agregan a un radical.” (Arriaga, 2006, pág. 14). Estas flexiones son las que indican el género y el número de cada palabra, así como la función que ésta desempeña dentro de cada oración.
Los casos del latín
            Los casos son cada flexión de la palabra que marca un tipo específico de función sintáctica dentro de la oración. 
            El latín distingue 6 casos:


-          Nominativo
-          Vocativo
-          Genitivo
-          Acusativo
-          Dativo
-          Ablativo


El caso nominativo marca, con generalidad, la palabra o grupo de palabras que fungen como sujeto dentro de la oración simple. En el caso de los verbos copulativos también funciona como atributo de la oración.
El caso vocativo tiene exclusivamente una función apelativa, sirve para llamar la atención o realizar exclamaciones.
El caso acusativo tiene como función principal expresar el fin directo de la acción indicada en el verbo. Es decir, marca la palabra o grupo de palabras que funcionan como complemento directo (personas o cosas sobre las que recae la acción verbal).
El caso genitivo marca la palabra o palabras que funcionan como complemento de nombre (sintagma preposicional que complementa el significado de un sintagma nominal), dentro de la oración.
El caso dativo marca la palabra o grupo de ellas que fungen dentro de la oración como complemento indirecto, es decir,  marca la palabra que funciona como beneficiaria o perjudicada por la acción del sujeto. Ej.: Diana da agua a las gallinas.

El caso ablativo se usa para demarcar las palabras que funcionan como complemento circunstancial, es decir, expresa la circunstancia en la que ocurre la acción. Suele ir acompañado por una preposición.